top of page

1537 Señas

diciembre2019_guardarraya_01.jpg

Escrito por: Doménica Salvador

“1537 en señas” así se llamó el concierto inclusivo para no oyentes de la banda Guardarraya y no, no leíste mal, existe este tipo de eventos, o bueno, la banda quiteña logró dar vida a un proyecto así. Al pensar en música y sordos son dos conceptos que a la mayoría de personas les sonaría ilógico, pero los integrantes de Guardarraya no son como todo el mundo. 


La iniciativa nació hace dos años cuándo la intérprete de lenguaje de señas Jennifer Benítez contactó a Álvaro Bermeo (vocalista de la banda). Ella le solicitó permiso para interpretar una de sus canciones llamada “Mi niño” cuándo Bermeo escuchó esta propuesta decidió hacer algo diferente a la propuesta inicial, no harían solo una canción, ellos tocarían un repertorio completo. Es así como nace la idea de hacer un concierto producido por todo lo alto: “Si íbamos a hacer algo así de significativo, lo íbamos a lo grande y lo íbamos a hacer bien” comenta el vocalista de la banda quiteña.


Al hablar con Álvaro mediante zoom (porque bueno, ya saben, coronavirus) y  preguntarle sobre su experiencia al dar este show, se le dibujó una sonrisa en el rostro, casi como si estuviese reviviendo el momento él responde:
 

La música tiene ese poder ¿sabes? De mover a las personas, el de hacer sentir y puede llegar a ser trascendente

“Fue realmente gratificante poder estar ahí, en el escenario, casi me quiebro. Fue muy poderoso todo lo que pasaba  al mismo tiempo, ver las interpretaciones mientras yo cantaba, podía visibilizar como reaccionaba la audiencia, en sus rostros  percibía el valor de todo lo que estábamos haciendo, enserio que es indescriptible la experiencia, tuve que luchar para que no se me quiebre la voz, incluso para no llorar… El público se movía y replicaba los gestos de los intérpretes, ellos vivían la música, la energía era increíble.”

​

Te preguntarás:  ¿Cómo lo lograron? ¿Cómo escucha música una persona no oyente? La respuesta no es tan fácil, y el proceso menos, básicamente las personas no oyentes sienten las vibraciones de las canciones por medio de algún objeto, en este caso fueron globos a los cuales la audiencia se abrazaba a estos. 


Entonces las frecuencias que evocan los instrumentos son perceptibles, todo es mucho más sensorial, las letras de las canciones fueron interpretadas por dos personas expertas en lenguaje de señas: Jennifer Benítez y Francisco Catagua quién también es actor; ellos estaban situados al frente de la banda, como una especie de obra de teatro. Es así como se disfruta esta música, mientras las notas se sentían en el cuerpo, el contenido de las “mágicas electroacústicas” eran traducidas al lenguaje de señas. 


La parte técnica fue un trabajo de mayor empeño. El escenario estaba repleto de luces para aportar en el campo visual, estas estaban sincronizadas para que acompañen a las vibraciones de las canciones. Además, se hizo un trabajo especial de sonido sobre todo en la ecualización, ya que se enfatizó en los bajos, que se configuraron con tonos considerablemente superiores para que de esta manera las frecuencias fueran aún más perceptibles al público. Es como cuando vas a un concierto, estás en las primeras filas y sientes ese ¡tom! de tu baterista favorito, con la diferencia que en esta ocasión ese ¡tom! venía de todos los instrumentos.


Este concierto se realizó el 13 de diciembre del 2019 en el Teatro Bolívar, el aforo se llenó, el público fue variado, el vocalista afirma que asistieron tanto personas oyentes y no oyentes. La experiencia la compartieron todos y para Bermeo de eso se trata la inclusión, de que todos sean capaces de experimentar las mismas cosas. Esta no era la primera vez que el artista quiteño había realizado actividades de este tipo, él trabajó un tiempo en comunidades con niños no oyentes. Ahí también tocaba sus canciones, sabiendo que los niños hablaban su mismo idioma, el idioma que todos conocemos y entendemos sin necesidad de una gran capacitación, aquel que se entiende con el corazón: el idioma de la música.


Álvaro cuenta a modo de anécdota que cuando iba hacer estos trabajos el no necesitaba saber lenguaje de señas porque con los niños se daba modos,  menciona que hasta las personas “normales”  tenemos discapacidades y una de ellas es la de no poder ponernos en el lugar de los demás. 


Definitivamente la banda piensa realizar más conciertos de esta índole cuando la crisis por el coronavirus pase: "La idea es que esto se viralice para obtener ayuda económica ya sea del sector privado o público, así podríamos usar pantallas más grandes y de mejor calidad. Usar más tecnología como la aplicación de agua en las presentaciones, hay muchos recursos solo falta que nos  respalden un poco".


La banda quiteña con más de dos décadas de carrera musical, quiénes con su peculiar sonido y sus potentes letras han escalado hasta convertirse en uno de los referentes de la música ecuatoriana, tiene varios proyectos en camino a pesar de la crisis sanitaria generada por el covid-19. El  aftermovie del concierto fue lanzado por Radio Cocoa el 6 de abril del 2020 durante el confinamiento y el 31 de mayo se dará un concierto titulado “De Quito Papá” en una sala de YouTube. 


 

bottom of page