Ventas, comercio, el andar de las personas y la economía, se han detenido, debido a la crisis del covid-19. 

Por otro lado, lo que no para, es las formas de expresión inherentes de la humanidad, tales como el baile. “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento” John Maynard Keynes, economista. 

Es raro escuchar que un economista del siglo XX haya dicho una frase que en la actualidad cale tanto en la mente de cualquiera que la escuche y que esté pasando por el aislamiento provocado por la nueva pandemia del 2020, ya que su lógica es al extremo certera. 

Hasta la fecha de este escrito no existe una cura o un tratamiento para esta enfermedad, lo cual demuestra que lo que menciona Maynard, es que ni la ciencia ni el conocimiento son capaces de sacar a la población frente a una crisis. 

A más de esos dones inherentes de la humanidad y su capacidad de mostrar cosas tan sencillas como los sentimientos hasta las más grandes, como los ideales. Lo único que funciona es la capacidad de imaginar de las personas, ese don para buscarle el arreglo a lo que sea, ese algo que hace a los seres humanos estar vivos a más del oxígeno que genera la naturaleza día a día y que los impulsa a crear cosas nuevas y a expresarse. 

Este es el caso de Feeling Dance Crew, academia que se atreve a imaginar, soñar y crear más allá de lo que el confinamiento les permite y encender esa llama de la imaginación de cientos personas que están buscando a como de lugar trascender las barreras de la cuarentena.

Este estudio de baile  de ritmos urbanos, situado en el corazón de la capital del Ecuador, comandado por Karen Montero Bravo lleva años formando a los mejores bailarines del país y hoy por hoy a pesar de que las personas no puedan asistir presencialmente a sus clases, es cuando más se han expandido.

Es así que como lo menciona Carolina Pinto, instructora de la academia: “Nosotros hemos sabido manejar la situación del país”. Todo esto debido a que han implementado pequeñas clases mediante sus redes sociales, realizando transmisiones en vivo abiertas a todo el público, a cargo de sus mejores bailarines e instructores, a fin de que todas las personas puedan liberar ese estrés que el confinamiento genera y que mejor manera de hacerlo con una de las formas más antiguas y completas de expresión que posee la humanidad. Esta gran iniciativa, como lo menciona ella, logró trascender y han llegado a un sin número de ciudades y países.

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