En este apartado de Tinta en el papel,  EScultura  ha decidido abrir un espacio para recordar a las figuras femeninas que cambiaron para siempre el mundo de la literatura.  El objetivo de Con mi puño y letra será rememorar la obra de escritoras que rompieron esquemas sociales con sus ideas. Adicionalmente, los lectores  podrán  encontrar un contraste entre las experiencias de estos personajes y escritores actuales. 

 

Leonor Bravo: leer, escribir y observar

 

Para esta escritora ecuatoriana de literatura infantil y juvenil, más de 54 obras publicadas entre cuentos y novelas, cada uno de los consejos de Virgnia Woolf tienen un valor esencial. Coincide en que para crear un hábito de escribir, se debe confiar en el talento o lo que ella llama “la fuerza interior que te inspira a escribir”. También menciona que escritores especialmente jóvenes, como son los niños que asisten a sus talleres de escritura creativa, no deben apresurarse a publicar a una obra cuando su capacidad de autocrítica no ha madurado del todo.

 

Asimismo, explica que para ella lo fundamental para buscar inspiración no es simplemente salir de casa, como aconseja Woolf.  Sino aprender a expandir los cinco sentidos y apreciar el mundo desde una perspectiva más profunda: “Los escritores somos observadores y obsesivos con lo que miramos, porque siempre queremos ir más allá del mero escuchar o mirar”.
 

Ahora bien, el consejo de Leonor Bravo para formar un buen escritor se resume en esta frase: “Si pretendes ser buen escritor, no puedes dejar de leer, escribir ni mirar”. Explica que consumir buena literatura, al igual que sensibilizar cada sentido del cuerpo para mirar el mundo desde diferentes perspectivas, es necesario para descubrir un estilo de escritura propio.  Además de crear el hábito de escribir diariamente (no necesariamente llevar un diario) es importante para inmortalizar las ideas: “Las ideas son como mariposas, las ves, te encanta su vuelo y su color, pero se van”.